¿Se vienen los billetes de $50.000?", comenzó su análisis el periodista Marcelo Bonelli.
Ahora en su despacho tiene lista la ley de reforma tributaria: otro mamotreto de 8 capítulos y decenas de artículos que incluye el blanqueo, una moratoria, las temibles retenciones, impuestos internos y la restitución de ganancias.
El plan financiero es ambicioso, y por eso algunos en Wall Street dicen que es irrealizable. Incluye pedirle un adelanto a las cerealeras de U$S 5.000 millones. El Centro de Exportadores y Ciara arde y trina por las retenciones .
Caputo también busca un préstamo de Wall Street por U$S 3.000 millones y lograr un extra del FMI de U$S 10.000. Shambaugh terminó prometiendo apoyo político. En definitiva, también el Tesoro hizo la vista gorda con Alberto y así terminaron las cosas.
El ministro cometió un sincericidio en la UIA. Caputo le dijo a la gente de Daniel Funes de Rioja: "vamos a tener tres meses meses complicados". Después completó: "por eso sólo tenemos una estrategia para tres meses". También explicó la alquimia que utiliza para tranquilizar al billete: una bicicleta financiera para hacer atractiva y anticipar la liquidación de divisas. Así lo dijo: "no encontramos ni un billete en el BCRA".
El Presidente fue sincero en la reunión con los mandatarios. Eludió poner plazos, para evitar el grosero error de Macri. Pero coincidió con Caputo: lo peor va a transcurrir hasta abril. Milei explicó que en este plazo debe pulverizar la emisión monetaria.
Para eso reconoció tres acciones concretas. Primero, el déficit cero. Después, transferir la deuda de las Leliqs al Tesoro. Y por último, eliminar el remanente stock monetario. Milei lo dijo sin anestesia: "ese dinero va a desaparecer por la licuación inflacionaria."
El fogonazo en los precios derrite los salarios y las jubilaciones. El primer informe refleja el golpe mortal en diciembre: Marina Dal Poggeto dice que alimentos subirá un 33% y la inflación tocará el 28%.
Por eso, Santiago Bausilli ya se lo anticipó a los grandes bancos: el BCRA inició el proceso para emitir billetes de alta denominación.
Lo hará porque la inflación está haciendo "caducar" los papeles de 1000 pesos. Valen un dólar y no alcanzan ni para comprar un buen litro de aceite .
Bausilli notificó la decisión a los banqueros. Tiene lista la confección de dos nuevos billetes. Entrarían en circulación en marzo. Pero los técnicos del BCRA emitieron un alerta. Temen quedarse cortos y dudan sobre qué denominación aprobar.
Primero se pensó en billetes de 5.000 y 10.000 pesos. Pero la inflación vuela y ya especulan con otra cosa: billetes de 20.000 y 50.000 pesos, para no perderle pisada a la remarcación.