Ni la Justicia ordinaria, ni la federal pueden formular una hipótesis concreta sobre su destino. Los siete detenidos se acusan entre sí, tratando de desligarse del caso. Se espera la declaración clave de Codazzi y Pellegrini.
Ya pasaron dos meses desde que el 13 de junio, a las 14:30, José Peña se enteró que su hijo Loan, de cinco años, había desaparecido camino a un naranjal, en el campo de su abuela Catalina, en la zona rural de la localidad de 9 de Julio. La causa pasó por todos los estadías, desde la euforia de la búsqueda y la movilización de centenares de rescatistas, hasta la desinformación total y la guerra entre defensores en plantear hipótesis que llevan a la confusión total y la falta de datos concretos y conducentes a encontrar a la criatura. Una catarata de especulaciones y conspiraciones que salpicó a familiares directos del niño, hoy detenidos, abogados defensores, legisladores y hasta el propio ejecutivo provincial. Pero en medio de esa vorágine de acusaciones cruzadas y una investigación por ahora inconducente, de Loan Danilo Peña no se tiene una sola pista firme.
Primero estaba desaparecido en el campo, pero la Policía rescatista llegada de distintos puntos del país y 24 binomios de perros rastreadores y sus adiestradores peinaron más de 60 mil hectáreas y los únicos rastros encontrados del niño son desde la casa de Catalina Peña, abuela del menor, y los 600 metros que la separan hasta el naranjal. Los perros perdieron todo rastro olfativo del pequeño y eso ya es un dato importante porque indica que luego fue levantado y trasladado, pero ¿en qué lo sacaron? ¿Quién lo llevó del campo? Son las dos únicas preguntas que hasta ahora no fueron respondidas por la Justicia. Ninguno de los siete detenidos parecieran decir la verdad sobre lo sucedido aquella tarde calurosa y hasta la Cámara Gesell de los niños presenta algunas teorías algo confusas para la investigación.
La causa estuvo dos semanas en la Justicia ordinaria, hasta que un juez de garantías decidió pasarla a la Justicia Federal, con acuerdo de los dos fiscales, Juan Carlos Castillo y Guillermo Barry, que hasta allí llevaron una investigación sumamente cuestionada. Durante este período detuvieron a seis de los acusados por la "captación de menor con fines de trata", uno de ellos, el policía Maciel por "encubrimiento agravado", ahora todos acusados de formar parte de una red criminal que roba chicos y los vende.
Los fiscales encabezaron las pericias sobre los vehículos, los primeros análisis de los celulares, las entrevistas y testimoniales con acusados y testigos que habrían servido para el encuadre legal, pero nada que direcciones a saber dónde está Loan.
Desde entonces y hasta ahora la causa cayó en manos de la Justicia Federal, que no solo halló serias fallas en la primera parte de la investigación, sino que desapareció evidencia crucial en teléfonos y se habrían sembrado pistas falsas en vehículos que estaban secuestrados y supuestamente custodiados y a resguardo. Una causa viciada de errores desde el principio y con muchísimo tiempo perdido; incluso hasta hoy. De la mano de la Justicia Federal llegó la séptima detención. La de Laudelina Peña, madrina y tía de Loan, a quien todo el pueblo pedía que la detengan, casi desde un principio.
Fue quien más veces mintió en toda la investigación. Acusada de sembrar en el barro el botín del nene desaparecido y que luego fue encontrado a casi dos kilómetros de donde fue visto por última vez. Dijo haber sido amenazada y de recibir $50.000 en efectivo, además de la promesa de una casa y una moto, por declarar que a su sobrino lo chocaron y mataron Pérez y Caillava, los más complicados dentro de la causa.
En las últimas semanas, han pasado a declarar decenas de testigos, incluyendo los padres y hermanos de Loan. Algunos hasta tardíamente aportan lo que saben. Todos dicen lo suyo, pero no alcanza para destrabar la gran incógnita, que ni la Justicia ha podido resolver sobre el paradero del nene. Por la Fiscalía y el Juzgado, ya han pasado intendentes, viceintendentes, periodistas y se espera desde hace varios días que cumplan con su cita el abogado Codazzi y el senador provincial Pellegrini, señalados por Laudelina y su hija.
Por el caso están detenidos hasta el momento el exmilitar Carlos Pérez y su esposa, la exfuncionaria local, María Victoria Caillava. Bernardino Antonio Benítez y su pareja, Laudelina Peña, la última implicada en el caso. Junto ellos una pareja amiga, Daniel "Fierrito" Ramírez y la esposa de este, Mónica Millapi. Y finalmente el excomisario del pueblo, Walter Maciel, acusado de encubrimiento agravado.
Una interna familiar
Ahora todos los ojos se posan sobre la familia del niño. Los casi 50 millones de pesos en la cuenta de una billetera virtual de uno de los hermanos de Loan, la compra de una moto y las explicaciones que parecen no alcanzar. Recientemente, una presunta pelea sobre las tierras de Catalina, que la propia anciana se encargó de decir que ya están vendidas, aunque no está claro a quién, ni de qué manera. Los trascendidos de peleas internas y amenazas de vieja data entre los hermanos Peña (Laudelina y José) que dejan al descubierto las miserias de una familia que toda la sociedad observaba conmovida, hoy pareciera otra gran incógnita en la causa, que en principio tiene a dos víctimas claras: Loan Danilo Peña que está desaparecido y su madre que lo vio salir de su casa por última vez aquel 13 de junio a lomo de caballo junto a su padre al Paraje Algarrobal. Por ahora, absolutamente nadie sabe contestar la pregunta de ¿dónde está Loan?
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